miércoles, 9 de marzo de 2011

Delta

Una mañana de calor se convirtió en un día de río.
Unimos nuestras voluntades y tomamos los autos, el tren y finalmente la lancha taxi; ibamos cargaditos.
Nos llovió en el camino y me pareció precioso.
La lancha se movía entre las olas que hacían los otros barcos y las lanchas colectivas.
Por suerte contábamos con el serivicio de una experta.
Llegamos a la Rosadita y con nosotros llegó el clima,
ese que sigue a las lluvias de verano, ese fresquito que renueva el aire, que nos oxigena.

Nadamos en el río. Anduvimos en Kayak y en "gomon relleno".
Fuimos felices, me sentí como una nena que disfrutaba de la naturaleza,
y me sentí muy grande a la vez.

Hace dos años no me hubiera imaginado jamás que alguna vez iba a pasar un día como este, con estas personas.
Cambia, todo cambia.

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